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Droga” es toda sustancia (natural, semisintética o sintética) que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración (respiratoria, digestiva, parenteral o tópica - mucosa nasofaríngea -), altera el funcionamiento natural del Sistema Nervioso Central, y produce dependencia (psicológica, física, o ambas), tolerancia (disminución del efecto de la droga con igual dosis, lo que induce a aumentarla) y síndrome de abstinencia (mono).

Son drogas naturales el alcohol (producto de la fermentación de carbohidratos con levaduras), el tabaco (la planta sin adulterar), el café, el té, la yerba mate (yerba del Paraguay, yerba de los jesuitas), la marihuana (Cannabis Sativa, cáñamo, hierba, maría), el hachís (chocolate, costo, goma), el peyote (pequeño cactus sin espinas, endémico de México), la coca (planta con flor originaria de los Andes), los hongos alucinógenos (hongos psilocibios), o la adormidera (planta del opio, parecida a una amapola común).

Son drogas semisintéticas la morfina y la heroína (que se obtienen del opio de la adormidera), la cocaína (que se obtiene de la planta de coca), o el LSD (ácido, ergot, dietilamida de ácido lisérgico, droga psicodélica obtenida del hongo conocido como "cornezuelo del centeno").

Son drogas sintéticas Los Psicofármacos

Ver Plantas medicinales para el concepto de “drogas vegetales

¿Cuánto de dañinas son las drogas, independientemente de su consideración legal o social?

Investigadores británicos, liderados por el Dr. David Nutt, catedrático de psicofarmacología en la Universidad de Bristol, y el Dr. Colin Blackmore, catedrático de fisiología, anatomía y genética en la Universidad de Oxford, contestaron a ésta pregunta con un estudio de evaluación de las drogas en base a 3 escalas:

- Daño físico al usuario causado por la droga

- Tendencia de la droga a producir dependencia

- Perjuicio del consumo de la droga en las familias, en la comunidad y en la sociedad

Las evaluaciones fueron realizadas por un grupo de 40 expertos (psiquiatras, epidemiólogos, químicos y forenses), que compararon el peligro potencial de 20 drogas, legales e ilegales.

La finalidad era proponer una clasificación general de las drogas en base a los daños que producen. El resultado, publicado en la revista médica The Lancet, es el que pueden ver en el diagrama anterior (traducido al español, y presentado de una forma más clara), donde el tamaño de las barras expresa el daño evaluado de las drogas. El color de las barras se refiere a la clasificación oficial de las 20 drogas: clase A son las drogas “duras” (aquellas consideradas normalmente como más peligrosas), clase B son las drogas legales, clase C son las drogas “blandas”, y clase D son drogas no clasificadas (entre las que figuran el alcohol y el tabaco...).

Como pueden apreciar, el grado de nocividad de las drogas no concordó con la arbitraria clasificación británica de sustancias peligrosas...

Alcohol y tabaco

Tanto el alcohol (1,85) como el tabaco (1,65) son más nocivos que la marihuana (1,40), el LSD (1,25), o el éxtasis (1,05), siendo clasificados éstos dos últimos como drogas de clase A en Gran Bretaña.

El alcohol y el tabaco siguen siendo sustancias legales, a pesar del daño que producen en todos los sentidos. Cuando se publicó el estudio, un portavoz del Ministerio del Interior británico indicaba que “el departamento no tiene intención alguna de revisar la actual clasificación del sistema de drogas”... A pesar de que el estudio fue encargado por el mismo Gobierno británico de Tony Blair... Las cifras del Ministerio de Salud alemán y de la Central Alemana de Drogodependencia confirman la alta peligrosidad de las drogas legales, que son consumidas por muchas más personas que las drogas ilegales. En el año 2006, el abuso de bebidas alcohólicas produjo en Alemania más de 42.000 muertes, y el cigarrillo unas 110.000. Sin embargo, la cifra de muertes debidas al consumo de drogas ilegales se situó en 1.326 personas.

En España, a pesar de la Ley Antitabaco, que entró en vigor el 1 de enero del 2006, donde el 35% de la población fuma (Eurobarómetro 2010, datos de octubre de 2009, que supone un aumento desde el 34% de 2006), o sea, unos 16,5 millones de habitantes, alrededor de 60.000 personas mueren al año a causa del tabaco; más que las muertes producidas por el sida, el alcohol, los accidentes laborales y los de tráfico juntos.

En el mundo las cifras son semejantes, sólo que más grandes y asombrosas... Para el año 2025, puede llegar a haber alrededor de 1600 millones de fumadores en el mundo entero, y se estima que, durante este siglo, podrían llegar a morir alrededor de 1000 millones de personas a causa de la adicción al tabaco...

Se sabe que la droga más adictiva es la nicotina, que el alcohol es tan adictivo como la heroína, y que la cafeína tiene un poder de adicción semejante a la cocaína... La razón de ésta clamorosa incongruencia entre “legalidad” y “daño”, ya la conocen ustedes: negocio, negocio y más negocio, incluyendo el del Estado recaudando impuestos asociados a éstas drogas. Según Nutt, “que el consumo de alcohol y nicotina sea legal es, desde el punto de vista científico, totalmente arbitrario”. Y critica que “el sistema está por demás enfermo”.

Ver Psicodinamia del tabaquismo en Trastornos respiratorios/Enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Ver la relación entre alcohol, tabaco y café, con la hipertension en Trastornos cardiovasculares/Hipertensión/Causas/Drogas sociales

Azúcar común

Quizás les produzca extrañeza la mención del azúcar en este apartado sobre drogas, pero lo cierto es que no se puede considerar como un alimento, ya que el procesamiento industrial de la fuente vegetal primaria (caña de azúcar, remolacha o maiz), lo que produce es una sustancia química pura, muy semejante a la cocaína: su fórmula química es muy parecida, derivan de fuentes vegetales comunes, producen fuertes efectos psicosomáticos y crean dependencia.

En comparación a la cocaína (no asociada claramente a alguna enfermedad física concreta), el azúcar está asociada, por ejemplo, con trastornos cardiovasculares (ataques cardíacos), obesidad, diabetes, insuficiencia renal, caries dental o ceguera. Hay personas con intolerancia a la sacarosa, debido a la falta de la enzima sacarasa, (que la convierte en glucosa y fructosa) y que no pueden consumirla, ya que les provoca problemas intestinales.

En la fabricación del azúcar refinada, intervienen agentes tan poco nutritivos como el óxido de calcio (cal, cal viva), el dióxido de carbono, el sulfato de calcio (yeso) y el ácido sulfúrico... El azúcar común carece de proteínas, vitaminas, minerales, enzimas o fibra, y su presencia en la alimentación supone sólo perjuicios. Las 2 preguntas que nos podría hacer un niño inteligente son: ¿por qué la venden en el supermercado si no es buena para la salud?, y ¿por qué la gente la compra? Si, además, supiera que existe una planta que endulza de una forma muchísimo más potente, que no tiene calorías, y que no sólo no es perjudicial, sino que tiene unas fantásticas propiedades para la salud, se rayaría aún más su sentido lógico... Ver Plantas medicinales/Stevia

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